viernes, 2 de noviembre de 2012

La unidad en el PRD


En los actuales momentos, en que el PRD despunta como el Partido que el pueblo reclama para dirigir al País  a partir del  2014, es un grave y penoso error  prestarse como punta de lanza en  críticas hacia el nuevo CEN, a través de los  medios de comunicación masiva.

El no estar de acuerdo  con la forma como el nuevo CEN aborda las críticas al actual Gobierno y de su estilo de  dirección  en  nuestro Partido se le respeta,  pero lo que no es consecuente con el espíritu de unidad que debe  mantener todo miembro del más grande y organizado partido de Panamá, es hacerlo públicamente sin previa confrontación  interna.


Los miembros del Partido que ven con esperanza un nuevo gobierno perredista rechazamos   el personalismo de valiosos compañeros que  ahora con señalamientos inoportunos al nuevo CEN le hacen el juego a los partidos tradicionalmente adversarios y principalmente al gobierno de turno.


Felicitamos al compañero Arístides Royo por su artículo conciliador aparecido en la Estrella de Panamá el  2 de noviembre del presente y aprovechamos para solicitar la  reflexión y rectificación de los compañeros a quienes se les reconocen su  valía partidaria,  más no su  actual método de enfrentar las diferencias.



Dirección del blog:  Tribuna Torrijista.

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Doctor Arístides Royo
Ex presidente de la República y miembro fundador del PRD

La unidad en el PRD


ARISTIDES ROYO

aristidesroyo@gmail.com

En la historia de los partidos políticos panameños, la unidad no ha sido una constante. En la ascensión, en el auge, ha prevalecido la cohesión, el espíritu unitario, pero una vez alcanzado el éxito e incluso antes, cuando las perspectivas se mostraban halagüeñas, la ambición de algunos dirigentes de los partidos los llevaba a superponer sus intereses personales sobre los intereses de la organización política. No es necesario abundar en ejemplos. Basta con mencionar el caso del Partido Liberal. Las rencillas que condujeron a serios distanciamientos que, como era previsible, culminaron en rivalidades y separaciones, entre dirigentes de la talla de Porras, Mendoza, Morales y Andreve, minaron seriamente un partido que vertiginosamente entró en decadencia, hasta el punto de que llegaron a coexistir cuatro o cinco partidos liberales así denominados con adjetivos como del ‘Matadero’, ‘Doctrinario’, etc.

En nuestro partido, todos tenemos que estar convencidos de que solamente la unidad nos permitirá acceder al poder mediante el voto como es lógico. De lo contrario, bastará con la percepción, ni siquiera con la certeza, de que el partido está dividido para que no alcancemos el triunfo.


El PRD se encuentra hoy en la etapa de fortalecerse, con la dirección de un nuevo CEN. Como es de suponer, no todos los miembros del partido votaron por quienes resultaron elegidos; les hubiese gustado que el CEN se integrase con otros candidatos de sus simpatías que no resultaron favorecidos. No obstante, como nuestro partido es democrático, el más democrático del país, la voluntad de la mayoría debe ser respetada y respaldada por todos. Atrás debieron quedar las diferencias y las posibilidades de que otros hubiesen sido los escogidos. De ahora en adelante, el nuevo CEN merece la aceptación de toda nuestra enorme membresía. He visto con gran preocupación, cómo algunos miembros han escrito artículos y hecho pronunciamientos televisivos contra el secretario general recién escogido democráticamente y contra otros miembros del CEN. Los motivos que puedan tener no es del caso plantearlos ahora, sino los efectos que tal conducta puede producir, como es la impresión de que estamos divididos y que mientras sigamos así no triunfaremos.


Si hay críticas, reservas, desconfianzas, recelos, dudas, sospechas, creo que éstas deben ventilarse, no en artículos de periódico ni en intervenciones televisivas o radiales, así como tampoco en corrillos de café, sino dentro del partido, con toda libertad, objetividad y franqueza. Tales discusiones deben tener el propósito de unificar, de poner a un lado lo que nos puede separar y tomar en cuenta todo lo que nos pueda unir. Llevar ante la opinión pública las diferencias, solo sirve a los intereses de quienes nos quieren dividir, porque así sienten que se hace válida la vieja y sabia frase ‘divide y vencerás’.


El próximo 10 de marzo de 2013 por decisión tomada en la primera reunión del nuevo CEN, el PRD entrará en otra fase, la de elegir a nuestro candidato a la Presidencia de la República. Otra vez, reiteramos, imperará la voluntad mayoritaria y alrededor de quien resulte escogido, nos tenemos que unir todos, sin fisuras, sin dudas, sin duda alguna de que con el elegido ganaremos las elecciones en el año 2014.


En esas elecciones habrá varios candidatos. El que se alce con esa victoria merecerá y necesitará de todos los copartidarios, no solo del respaldo de la membresía, sino del apoyo cargado de mucho entusiasmo, con auténtico sentido de unidad hacia el triunfo, pues sólo unidos venceremos. Pensemos en el pasado remoto cuando en los inicios de la República, especialmente en su primer tercio de siglo, los políticos de un mismo partido se peleaban entre sí y las posiciones se volvían irreconciliables. Pensemos en el pasado cercano, en las elecciones del año 2009 cuando perdimos, entre otras razones, por la falta de entusiasmo y de unidad alrededor de nuestra candidata. Tal abandono, tal desidia, tal error, no debe volver a repetirse.


Tal como se hace y acostumbra en los partidos políticos que no tienen dueño, donde impera la democracia; es decir, la voluntad mayoritaria, respetemos y colaboremos con el nuevo CEN del PRD y con quien salga elegido democráticamente en las primarias como candidato de nuestro partido a la Presidencia de la República.


EXPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y MIEMBRO FUNDADOR DEL PRD CON EL CARNÉ NÚMERO 1.