El colectivo El Relevo Torrijista de San Miguelito considera al artículo del abogado y militar panameño, Daniel Delgado-Diamante, de gran interés para el análisis y propuestas inmediatas en la atención de la descontrolada migración en Panamá.
A MIGRACIÓN MASIVA HACIA PANAMÁ
El Gobierno nacional tiene la responsabilidad fundamental de
proteger al país y sus ciudadanos de las amenazas a su seguridad. En las
conferencias internacionales de seguridad hemisférica se han identificado,
entre otras, al crimen organizado internacional y al tráfico de drogas. Se
incluyen, también, la trata de personas, el tráfico masivo de emigrantes
ilegales y la corrupción que provoca dichos delitos transnacionales.
El control migratorio territorial de nuestro país constituye
un importante eje de la seguridad nacional frente a tales amenazas. Especial
importancia cobra la institución responsable del movimiento de personas desde y
hacia nuestro país: el Servicio Nacional de Migración (SNM).
Panamá promueve internacionalmente su apertura al turismo,
las inversiones y los negocios. Nuestro país goza de una economía pujante y de
un envidiable y atractivo crecimiento, para ciudadanos de muchos países. Las
crisis políticas, sociales y económicas de algunos vecinos de la región han
originado una masiva corriente migratoria hacia nuestro territorio.
Las ferias denominadas ‘Crisol de Razas' abrieron las
puertas para la legitimación de extranjeros ilegales en nuestro país. Ello
causó desazón en la ciudadanía panameña que vio como una amenaza a los
extranjeros en varios aspectos, como la competencia por ocupar las más
rentables plazas de trabajo disponibles, limitando el desarrollo socio
económico de los panameños. No menos importante, los recientes incidentes de
criminalidad en donde han intervenido extranjeros, han puesto en evidencia su
participación como sicarios en homicidios infames. A ello se suman varios
incidentes de irrespeto producidos por foráneos contra nuestro país y sus
autoridades.
Es cierto que hay muchas vacantes laborales que no
necesariamente pueden ser cubiertas por los nacionales por el nivel de
especialidad requerido por algunas empresas. Ello no debe ser excusa para solo
contratar a extranjeros para esas vacantes, así como llenar abundantemente
otras que no requieren un perfil técnico o especializado determinado y que
necesariamente tendrían que ser cubiertas por panameños.
Es importante señalar que el personal extranjero como no
puede ser contratado de manera permanente, lo que hacen los empresarios es
renovar sus contratos con frecuencia, en lugar de promover la transferencia de
tecnología y experiencia, así como elevar la competitividad de los nacionales
para la realización de las tareas, a la hora de desempeñar un puesto
especializado que previamente realizó un extranjero.
Por otra parte, no todos los inmigrantes que llegan al país
lo hacen cumpliendo los requisitos migratorios legalmente o tramitando permisos
de trabajo de forma correcta, lo que implica que muchas veces sean contratados
de manera irregular y de que perciban un salario más bajo por su condición
migratoria no regulada, lo cual constituye una explotación arbitraria por parte
de algunos empresarios.
No se trata de xenofobia ni de menospreciar a los que vienen
a nuestro país en busca de oportunidades. Se trata, primordialmente, de
proteger los derechos de los nacionales, sin faltar a los Convenios
Internacionales sobre Derechos Humanos. Pero la lógica y el cumplimiento de las
responsabilidades de Gobierno, indican que debemos atender las necesidades y
carencias de nuestra gente primero.
Las recientes corrientes migratorias del Medio Oriente hacia
Europa, y las devastadoras consecuencias sociales y económicas, tanto para los
refugiados como para los países que los reciben, son evidentes. Aunque por el
momento no sea nuestro caso en particular, la situación reciente de los
migrantes cubanos en Chiriquí y Darién constituyen una alarma de lo que puede
suceder en un futuro no muy lejano en nuestro país, lo que en algún momento se
denominó como la ‘bomba migratoria', por lo que es importante tomar las
previsiones y medidas necesarias para controlar la migración de forma ordenada.
Más que un tema de percepción, es uno de realidades. De
acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) en
2015 fueron aprobados 20 369 permisos de trabajo, un 67.7 % más que el año
2014, cuando se reportaron 12 141 permisos.
La mayoría de estos permisos fueron otorgados por razones
humanitarias (4426); seguido por extranjeros profesionales (4364); casados con
nacionales (3121); países específicos (2319); permisos dentro del 10 %
permitido a las empresas (1994), entre otros casos, que incluyen a
inversionistas, diplomáticos y beneficiados por acuerdos internacionales y
concesionarios aprobados por Panamá.
La llegada de extranjeros a nuestro país, incluye también a
criminales con métodos y formas de delinquir. Otros, ejercen riesgosamente la
medicina sin idoneidad, curanderos y otras actividades. Estos son los que
abusan del libre ejercicio de los derechos y libertades públicas de nuestra
democracia, agravando la inseguridad del país. No permitamos su ingreso.
ABOGADO