jueves, 26 de junio de 2014

Proclama en San Miguelito, 24 de junio de 2014

COORDINADORA DE FUNDADORES Y MILITANTES OMAR VIVE


E
n los años setenta surgió en Panamá un movimiento de Liberación Nacional, liderizado por Omar Torrijos, quien se propuso por la vía de la negociación, el proyecto de eliminar la quinta frontera, recuperar el Canal para los panameños y  eliminar la presencia de un ejército extranjero en la República de Panamá, al mismo tiempo que generar nueva riqueza en el que permitiera una distribución más justa. 
El Torrijismo se perfiló como una práctica política que basaba su estrategia en la participación creciente de las organizaciones populares y no negaba la participación de los empresarios o pequeños propietarios o campesinos, pero el contenido de esta práctica se orientaba a transformar estructuras económicas y sociales injustas en programas de gobierno que favorecían a los que menos tenían.  Este esfuerzo pasaba por la organización política de los distintos sectores que habían participado en todo el proceso negociador y que desde luego habían subordinado sus intereses por resolver la contradicción principal del país que ese momento se expresaba en la independencia nacional o en la colonia norteamericana. Para eso se creó el P.R.D., para canalizar toda la energía que durante diez años fue represada en una sola dirección y que el 7 de septiembre de 1977 lograba una pequeña victoria.  El cambio de la cláusula de perpetuidad por la de 23 años, enmarcaba en un nuevo calendario lo que durante más de siete décadas, generaciones importantes de panameños sentían como la principal reivindicación nacional.  La muerte precipitada de Omar  Torrijos evita la consolidación de un liderazgo democrático y revolucionario y por ende de un partido fundado en los valores y la organización de bases. 
La década de los ochenta reflejó la lucha de concepciones y estilos de conducción que a lo interno de partido y de las fuerzas militares se desarrollaban; el partido desde 1981 al 89 será el de la conducción reformista, alejado de formaciones ideológicas de compromiso con los pobres y marginados de la ciudad, de transformaciones que reformularán el concepto de la propiedad y en consecuencia de la distribución de la nueva riqueza que se generaba en el mercado local.  Este modelo reformista, favorecía principalmente los intereses de los llamados “empresarios nacionales” y las capas medias.
Mantener durante más de veinte años la vigilancia por el cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter permitió que el partido sufriera un desgaste y restara a su caudal político importantes fuerzas del movimiento popular y sectores profesionales. Este desgaste aumenta con la conducción poco inteligente e irracional que ejercieron las fuerzas dirigentes del PRD y de las FFDD en los años finales de 80 y la invasión de los Estados Unidos a Panamá la debilita aún más.
El 31 de diciembre el proyecto de liberación nacional de Omar Torrijos se hizo realidad con la salida del último soldado norteamericano de nuestro país.  Recuperamos el control de todas las tierras aledañas a la Zona del Canal y asumimos la dirección efectiva de la obra más grande de ingeniería del siglo XX, el Canal de Panamá.
El programa del PRD, aprobado en su Congreso Constitutivo de 1979, definía la orientación del Desarrollo político, económico y social del país. Bajo la consigna “un solo territorio, una sola bandera” se enmarcaba la visión de los 23 años de vigencia de los Tratados Torrijos Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 y se subordinaban los objetivos de redención social, de desarrollo humano y calidad de vida, para enfrentarlos con mayor decisión, a partir del 2000.
En los últimos 24 años, los escenarios sociales y políticos son diferentes como resultados de importantes transformaciones producidas a nivel mundial: la caída de los regímenes socialistas y del movimiento de liberación nacional en el continente africano y asiático, afectaron la solidaridad y el equilibrio socioeconómico y de poder mundial; el impulso y desarrollo de la comunicación, así como el desarrollo de nuevas plataformas tecnológicas colocan al conocimiento como un elemento fundamental en el desarrollo de las fuerzas de la producción de mercancía y desde luego, el enorme impulso al sector de los servicios y del consumo. El mercado junto a las comunicaciones y la tecnología está globalizando todas las relaciones comerciales, desde la producción, la distribución y el consumo de mercancías, pero esta globalización de las relaciones de mercado, impulsada por la nueva ideología liberal, exacerba la competitividad y desprecia la solidaridad y el carácter social que pueda jugar el estado organismo de mediación o regulación.  Todo ello, aleja a los países en vías de desarrollo de verdaderas transformaciones económicas y sociales. 
El inicio del siglo XXI, le impuso a nuestro partido la gran tarea de revisar sus documentos fundamentales (programa, declaración y estatutos) para adecuarlos a las nuevas exigencias de los panameños. La segunda liberación de los panameños, será la liberación social basada en un modelo de desarrollo humano, integral, participativo, incluyente y sostenible.  Este nuevo modelo debe contar con la participación de todos y por supuesto en la reingeniería del PRD, para convertirlo en un partido de la gente y no cerca de ella; en un partido que integre e incluya a todos en las nuevas propuestas de transformación.
Con el triunfo de Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos el partido tuvo la oportunidad de realizar los cambios necesarios que lo hicieran el portaestandarte de los sectores más desfavorecidos, pero los intereses económicos de la dirección y sus alianzas con empresarios millonarios, condujeron al partido al neoliberalismo, al clientelismo y a romper su alianza definitiva con importantes sectores de la sociedad al no contemplar sus aspiración ni considerar su participación en las gestiones de gobierno del PRD, ni incorporar sus demandas al programa del PRD.
Las luchas internas, la elección de candidatos sin principios torrijistas, debilitaron el carácter ético y revolucionario del partido. La organización comenzó a percibirse por los arribistas como una escalera al poder y al dinero, las masas eran vistas por la dirección del PRD, con fines electoreros, cuya única función era la de convertirse en un número del registro de partido en el tribunal electoral.
Nos avocamos al electoralismo dentro del PRD, entre elecciones de candidatos, primarias y elecciones generales. La carrera electorera atrapó los propósitos del PRD y no las demandas y necesidades del pueblo panameño. Abandonamos los comités de salud, las organizaciones barriales, las formas naturales de organización de la gente por sus reivindicaciones y desde luego, ni siquiera fuimos capaces de considerar sus demandas en nuestros programas.
Hoy debemos reconocer con dolor que el torrijismo esta desapareciendo del PRD, lo que hay de torrijismo son consignas muertas, sin contenido, ni con el vínculo con la sociedad. La compra y el soborno de dirigentes del PRD que encabezó Martinelli en la Asamblea, nos hizo ver ante la sociedad como un partido de corruptos, de hombres sin principios, sin lealtades, sin valores.  Y ante estos hechos tenemos que urgente necesidad de promover y desarrollar un nuevo liderazgo que dé a la gente a respuesta que permita una participación creciente de todos sus miembros en las decisiones más importantes del partido, pero bajo un debate permanente y transparente.  Debemos renovar el liderazgo con la esencia del pensamiento Torrijista. Esa es la esperanza de los que fundamos el PRD y los que lo ven como una alternativa para sectores más empobrecidos. El PRD debe romper su alianza incondicional con los dueños de las cajas registradoras que solo les interesa sus cuentas bancarias y no las necesidades de los humildes del país.  
El nuevo siglo exige un nuevo tipo de líder. Los partidos modernos no pueden darse el lujo de repetir errores.  No deben negar el conocimiento y la experiencia de las viejas generaciones, pero deben conducir con un nuevo estilo verdaderamente abierto, democrático y sobre todo comprometido con la mayoría social.  El momento político nos obliga a tener una nueva utopía, un nuevo desafío: el mejoramiento de la calidad de vida de todos los panameños, especialmente de los marginados de la ciudad y el campo. Nuestro programa contiene elementos que permiten desarrollar una concepción más solidaria humana e integral sobre el desarrollo del país. Nuestro programa promueve la participación de todos los sectores sociales e insta al partido a abrirse en una nueva alianza con toda la sociedad, en especial con los más vulnerables.  Nuestro programa es una guía de discusión que puede permitirnos, si lo desarrollamos adecuadamente, incorporar a importantes sectores sociales en nuestra tarea de transformar la economía, dirigir el Estado y el Gobierno y por eso es necesario a lo interno del partido un movimiento de amplia participación que promueva ese nuevo liderazgo de compromiso, cambio y de transformación social, sensible a los problemas y al dolor de los que menos tienen. Sensible a la necesidad de autoafirmación que tienen los torrijistas del PRD.  Porque el Torrijismo revolucionario no ha muerto, nos organizamos para vigilar y custodiar que el partido de Omar no sea instrumento personal de nadie, ni de los que sólo aspiran utilizar el poder para provecho personal o de una élite económica.
La coordinadora de fundadores Omar Vive organizó este homenaje al Copartidario Leandro Ávila, como el primero de muchos que se realizaran con destacados compañeros del distrito con el objetivo de reconocer el trabajo meritorio que desarrollan o han desarrollado muchos militantes anónimos del torrijismo en el Distrito del San Miguelito y a nivel nacional.  Leandro demostró a lo largo de este período una gran disposición a la lucha popular, a la defensa de los intereses de los trabajadores de San Miguelito y del País, a la denuncia permanente de la corrupción del gobierno de cambio Democrático, Esas acciones nos hacen reconocer en nuestro copartidario un gran valor torrijista, porque se acerca a las enseñanzas de Omar Torrijos.
Por otro lado, reconocemos el mérito que lograron cuatro compañeros representantes de ganar las elecciones en sus corregimientos prestigiando al PRD, como también, los triunfos de los otros dos compañeros Diputados a la Asamblea Nacional.
Este acto marca el inicio de nuestro equipo que buscará desarrollar acciones tendientes a fortalecer el torrijismo y el nuevo liderazgo en el partido. No un liderazgo de una cara por otra, no un liderazgo basado en lo nuevo o lo viejo, sino un liderazgo basado en valores y principios que son las cosas que hoy el país está perdiendo, porque sus dirigentes no están orientados a los proyectos ideológicos y esta ausencia nos destruye, nos corroe cuando, las ofertas del enemigo logran comprar el alma y la voluntad de hombres que estaban solo inscritos en el PRD, pero no eran, ni serán jamás torrijistas.
Estimados Copartidarios:
Nuestro grupo cree que es importante  impulsar un PRD capaz de lograr las transformaciones necesarias que necesita el Distrito de San Miguelito para lograr un nuevo modelo de Desarrollo humano más justo y equitativo y para lograrlo requiere de una amplia coalición de fuerzas capaces de brindar lo mejor de sí, en logro de estos objetivos. 
Desde esta nueva perspectiva Nuestra Misión estaría dirigida a construir un distrito seguro, educado, saludable, participativo y con equidad y nuestra Visión: A ser el distrito el primer distrito con el mayor índice de desarrollo humano y calidad de vida del país. 
Para cumplir con la misión y visión enunciada es necesario organizar una coalición amplia de fuerzas, que comparta y desarrolle acciones comunes en esta dirección, que sea la expresión más organizada de todos los movimientos que agrupan personas y que coinciden en objetivos, fines, principios, métodos y puntos de vista del quehacer político.  
Somos una generación que tiene el nuevo compromiso de luchar por erradicar la pobreza del país y eso sólo es posible transformando al partido en un verdadero instrumento de participación social, vinculado a la comunidad, a sus necesidades y problemas y no sólo promoviendo liderazgos electorales sin compromiso con las bases y las comunidades.   El P.R.D. no puede seguir aceptando dirigentes insensibles a las necesidades de las personas, que no estimulen la organización de la gente en todas las formas posibles, que sean paternalistas o demagogos. 
Hacer una política fundada en los valores torrijistas y con métodos y estilos diferentes, pero con un verdadera vocación de promoción social. Debemos orientar a quienes tienen que ejercer su voto, en las elecciones para cargos de elección popular y cargos directivos. Escoger a los mejores con: principios, formación política, valores, capacidad, espíritu de trabajo, trayectoria y experiencia política dentro de los viejos y nuevos dirigentes.
En general proponemos un movimiento que sea participativo, permanente, competente, honesto, humilde, integro, transparente, solidario y basado en el ejemplo personal de sus líderes. 
Te invitamos a participar, de manera constante y sistemática en esta nueva propuesta, que busca consolidar el Torrijismo y despertar toda la capacidad colectiva del liderazgo compartido, de compromiso y solidaridad.

San Miguelito, 24 de junio de 2014