COORDINADORA DE FUNDADORES Y MILITANTES
OMAR VIVE
E
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n los años setenta
surgió en Panamá un movimiento de Liberación Nacional, liderizado por Omar
Torrijos, quien se propuso por la vía de la negociación, el proyecto de
eliminar la quinta frontera, recuperar el Canal para los panameños y eliminar la presencia de un ejército
extranjero en la República de Panamá, al mismo tiempo que generar nueva riqueza
en el que permitiera una distribución más justa.
El Torrijismo se
perfiló como una práctica política que basaba su estrategia en la participación
creciente de las organizaciones populares y no negaba la participación de los
empresarios o pequeños propietarios o campesinos, pero el contenido de esta
práctica se orientaba a transformar estructuras económicas y sociales injustas
en programas de gobierno que favorecían a los que menos tenían. Este esfuerzo pasaba por la organización
política de los distintos sectores que habían participado en todo el proceso
negociador y que desde luego habían subordinado sus intereses por resolver la
contradicción principal del país que ese momento se expresaba en la
independencia nacional o en la colonia norteamericana. Para eso se creó el
P.R.D., para canalizar toda la energía que durante diez años fue represada en
una sola dirección y que el 7 de septiembre de 1977 lograba una pequeña
victoria. El cambio de la cláusula de
perpetuidad por la de 23 años, enmarcaba en un nuevo calendario lo que durante
más de siete décadas, generaciones importantes de panameños sentían como la
principal reivindicación nacional. La
muerte precipitada de Omar Torrijos
evita la consolidación de un liderazgo democrático y revolucionario y por ende
de un partido fundado en los valores y la organización de bases.
La década de los
ochenta reflejó la lucha de concepciones y estilos de conducción que a lo
interno de partido y de las fuerzas militares se desarrollaban; el partido
desde 1981 al 89 será el de la conducción reformista, alejado de formaciones
ideológicas de compromiso con los pobres y marginados de la ciudad, de
transformaciones que reformularán el concepto de la propiedad y en consecuencia
de la distribución de la nueva riqueza que se generaba en el mercado
local. Este modelo reformista, favorecía
principalmente los intereses de los llamados “empresarios nacionales” y las
capas medias.
Mantener durante
más de veinte años la vigilancia por el cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter
permitió que el partido sufriera un desgaste y restara a su caudal político
importantes fuerzas del movimiento popular y sectores profesionales. Este
desgaste aumenta con la conducción poco inteligente e irracional que ejercieron
las fuerzas dirigentes del PRD y de las FFDD en los años finales de 80 y la
invasión de los Estados Unidos a Panamá la debilita aún más.
El 31 de diciembre
el proyecto de liberación nacional de Omar Torrijos se hizo realidad con la
salida del último soldado norteamericano de nuestro país. Recuperamos el control de todas las tierras
aledañas a la Zona del Canal y asumimos la dirección efectiva de la obra más
grande de ingeniería del siglo XX, el Canal de Panamá.
El programa del
PRD, aprobado en su Congreso Constitutivo de 1979, definía la orientación del
Desarrollo político, económico y social del país. Bajo la consigna “un solo
territorio, una sola bandera” se enmarcaba la visión de los 23 años de vigencia
de los Tratados Torrijos Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 y se
subordinaban los objetivos de redención social, de desarrollo humano y calidad
de vida, para enfrentarlos con mayor decisión, a partir del 2000.
En los últimos 24
años, los escenarios sociales y políticos son diferentes como resultados de
importantes transformaciones producidas a nivel mundial: la caída de los
regímenes socialistas y del movimiento de liberación nacional en el continente
africano y asiático, afectaron la solidaridad y el equilibrio socioeconómico y
de poder mundial; el impulso y desarrollo de la comunicación, así como el
desarrollo de nuevas plataformas tecnológicas colocan al conocimiento como un
elemento fundamental en el desarrollo de las fuerzas de la producción de
mercancía y desde luego, el enorme impulso al sector de los servicios y del
consumo. El mercado junto a las comunicaciones y la tecnología está
globalizando todas las relaciones comerciales, desde la producción, la
distribución y el consumo de mercancías, pero esta globalización de las
relaciones de mercado, impulsada por la nueva ideología liberal, exacerba la
competitividad y desprecia la solidaridad y el carácter social que pueda jugar
el estado organismo de mediación o regulación.
Todo ello, aleja a los países en vías de desarrollo de verdaderas
transformaciones económicas y sociales.
El inicio del
siglo XXI, le impuso a nuestro partido la gran tarea de revisar sus documentos
fundamentales (programa, declaración y estatutos) para adecuarlos a las nuevas
exigencias de los panameños. La segunda liberación de los panameños, será la
liberación social basada en un modelo de desarrollo humano, integral,
participativo, incluyente y sostenible.
Este nuevo modelo debe contar con la participación de todos y por
supuesto en la reingeniería del PRD, para convertirlo en un partido de la gente
y no cerca de ella; en un partido que integre e incluya a todos en las nuevas
propuestas de transformación.
Con el triunfo de
Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos el partido tuvo la oportunidad de
realizar los cambios necesarios que lo hicieran el portaestandarte de los
sectores más desfavorecidos, pero los intereses económicos de la dirección y
sus alianzas con empresarios millonarios, condujeron al partido al
neoliberalismo, al clientelismo y a romper su alianza definitiva con
importantes sectores de la sociedad al no contemplar sus aspiración ni
considerar su participación en las gestiones de gobierno del PRD, ni incorporar
sus demandas al programa del PRD.
Las luchas
internas, la elección de candidatos sin principios torrijistas, debilitaron el
carácter ético y revolucionario del partido. La organización comenzó a
percibirse por los arribistas como una escalera al poder y al dinero, las masas
eran vistas por la dirección del PRD, con fines electoreros, cuya única función
era la de convertirse en un número del registro de partido en el tribunal
electoral.
Nos avocamos al
electoralismo dentro del PRD, entre elecciones de candidatos, primarias y
elecciones generales. La carrera electorera atrapó los propósitos del PRD y no
las demandas y necesidades del pueblo panameño. Abandonamos los comités de
salud, las organizaciones barriales, las formas naturales de organización de la
gente por sus reivindicaciones y desde luego, ni siquiera fuimos capaces de
considerar sus demandas en nuestros programas.
Hoy debemos
reconocer con dolor que el torrijismo esta desapareciendo del PRD, lo que hay
de torrijismo son consignas muertas, sin contenido, ni con el vínculo con la
sociedad. La compra y el soborno de dirigentes del PRD que encabezó Martinelli
en la Asamblea, nos hizo ver ante la sociedad como un partido de corruptos, de
hombres sin principios, sin lealtades, sin valores. Y ante estos hechos tenemos que urgente necesidad
de promover y desarrollar un nuevo liderazgo que dé a la gente a respuesta que
permita una participación creciente de todos sus miembros en las decisiones más
importantes del partido, pero bajo un debate permanente y transparente. Debemos renovar el liderazgo con la esencia
del pensamiento Torrijista. Esa es la esperanza de los que fundamos el PRD y
los que lo ven como una alternativa para sectores más empobrecidos. El PRD debe
romper su alianza incondicional con los dueños de las cajas registradoras que
solo les interesa sus cuentas bancarias y no las necesidades de los humildes
del país.
El nuevo siglo
exige un nuevo tipo de líder. Los partidos modernos no pueden darse el lujo de
repetir errores. No deben negar el
conocimiento y la experiencia de las viejas generaciones, pero deben conducir
con un nuevo estilo verdaderamente abierto, democrático y sobre todo
comprometido con la mayoría social. El
momento político nos obliga a tener una nueva utopía, un nuevo desafío: el
mejoramiento de la calidad de vida de todos los panameños, especialmente de los
marginados de la ciudad y el campo. Nuestro programa contiene elementos que
permiten desarrollar una concepción más solidaria humana e integral sobre el
desarrollo del país. Nuestro programa promueve la participación de todos los
sectores sociales e insta al partido a abrirse en una nueva alianza con toda la
sociedad, en especial con los más vulnerables.
Nuestro programa es una guía de discusión que puede permitirnos, si lo
desarrollamos adecuadamente, incorporar a importantes sectores sociales en
nuestra tarea de transformar la economía, dirigir el Estado y el Gobierno y por
eso es necesario a lo interno del partido un movimiento de amplia participación
que promueva ese nuevo liderazgo de compromiso, cambio y de transformación
social, sensible a los problemas y al dolor de los que menos tienen. Sensible a
la necesidad de autoafirmación que tienen los torrijistas del PRD. Porque el Torrijismo revolucionario no ha
muerto, nos organizamos para vigilar y custodiar que el partido de Omar no sea
instrumento personal de nadie, ni de los que sólo aspiran utilizar el poder
para provecho personal o de una élite económica.
La coordinadora de
fundadores Omar Vive organizó este homenaje al Copartidario Leandro Ávila, como
el primero de muchos que se realizaran con destacados compañeros del distrito
con el objetivo de reconocer el trabajo meritorio que desarrollan o han desarrollado
muchos militantes anónimos del torrijismo en el Distrito del San Miguelito y a
nivel nacional. Leandro demostró a lo
largo de este período una gran disposición a la lucha popular, a la defensa de
los intereses de los trabajadores de San Miguelito y del País, a la denuncia
permanente de la corrupción del gobierno de cambio Democrático, Esas acciones
nos hacen reconocer en nuestro copartidario un gran valor torrijista, porque se
acerca a las enseñanzas de Omar Torrijos.
Por otro lado,
reconocemos el mérito que lograron cuatro compañeros representantes de ganar
las elecciones en sus corregimientos prestigiando al PRD, como también, los
triunfos de los otros dos compañeros Diputados a la Asamblea Nacional.
Este acto marca el
inicio de nuestro equipo que buscará desarrollar acciones tendientes a
fortalecer el torrijismo y el nuevo liderazgo en el partido. No un liderazgo de
una cara por otra, no un liderazgo basado en lo nuevo o lo viejo, sino un
liderazgo basado en valores y principios que son las cosas que hoy el país está
perdiendo, porque sus dirigentes no están orientados a los proyectos
ideológicos y esta ausencia nos destruye, nos corroe cuando, las ofertas del
enemigo logran comprar el alma y la voluntad de hombres que estaban solo
inscritos en el PRD, pero no eran, ni serán jamás torrijistas.
Estimados
Copartidarios:
Nuestro grupo cree
que es importante impulsar un PRD capaz
de lograr las transformaciones necesarias que necesita el Distrito de San
Miguelito para lograr un nuevo modelo de Desarrollo humano más justo y
equitativo y para lograrlo requiere de una amplia coalición de fuerzas capaces
de brindar lo mejor de sí, en logro de estos objetivos.
Desde esta nueva perspectiva Nuestra Misión estaría dirigida a construir un distrito seguro, educado,
saludable, participativo y con equidad y nuestra Visión: A ser el distrito el
primer distrito con el mayor índice de desarrollo humano y calidad de vida del
país.
Para cumplir con
la misión y visión enunciada es necesario organizar una coalición amplia de
fuerzas, que comparta y desarrolle acciones comunes en esta dirección, que sea
la expresión más organizada de todos los movimientos que agrupan personas y que
coinciden en objetivos, fines, principios, métodos y puntos de vista del
quehacer político.
Somos una
generación que tiene el nuevo compromiso de luchar por erradicar la pobreza del
país y eso sólo es posible transformando al partido en un verdadero instrumento
de participación social, vinculado a la comunidad, a sus necesidades y problemas
y no sólo promoviendo liderazgos electorales sin compromiso con las bases y las
comunidades. El P.R.D. no puede seguir
aceptando dirigentes insensibles a las necesidades de las personas, que no
estimulen la organización de la gente en todas las formas posibles, que sean
paternalistas o demagogos.
Hacer una política
fundada en los valores torrijistas y con métodos y estilos diferentes, pero con
un verdadera vocación de promoción social. Debemos orientar a quienes tienen
que ejercer su voto, en las elecciones para cargos de elección popular y cargos
directivos. Escoger a los mejores con: principios, formación política, valores,
capacidad, espíritu de trabajo, trayectoria y experiencia política dentro de
los viejos y nuevos dirigentes.
En general proponemos
un movimiento que sea participativo, permanente, competente, honesto, humilde,
integro, transparente, solidario y basado en el ejemplo personal de sus líderes.
Te invitamos a participar, de manera constante y sistemática en esta
nueva propuesta, que busca consolidar el Torrijismo y despertar toda la
capacidad colectiva del liderazgo compartido, de compromiso y solidaridad.
San Miguelito, 24 de junio de 2014