Cómo una argentina llegó a ser reina de Holanda
Tomado de la BBC
28 abril 2013
Tomado de la BBC
28 abril 2013
Con una lágrima, Máxima Zorreguieta
se ganó a los holandeses. Era prácticamente una desconocida para quienes desde
el martes serán sus súbditos cuando en 2002 contrajo matrimonio con el entonces
príncipe heredero de los Países Bajos, Willem-Alexander (o Guillermo-Alejandro).
Muchos cuestionaban la unión. Pero
ver llorar a la joven porteña durante su casamiento por la ausencia de su padre
enterneció el corazón de varios y, según los observadores reales, marcó el
comienzo de una adoración que convertiría a la agente de inversiones argentina
en el miembro más popular de la familia real holandesa.
Este martes Máxima –como se la conoce
públicamente– se convierte en la primera latinoamericana coronada reina
consorte de un país europeo tras la entronización de su marido, que sucede a su
suegra, la reina Beatriz.
Pero los comienzos de la nueva reina
consorte estuvieron muy alejados de los lujosos pasillos de la Casa Real de
Orange.
Esta mujer de 41 años nació y vivió
la mayor parte de su vida en Buenos Aires, la capital argentina, donde tuvo una
crianza de clase media acomodada.
Como muchas chicas de la elite
porteña asistió a un exclusivo colegio bilingüe en los suburbios de Buenos
Aires, la prestigiosa escuela de mujeres Northlands.
Hija del agrónomo y funcionario Jorge
Zorreguieta y de María del Carmen Cerruti, creció junto a sus dos hermanos y
una hermana, además de tres medias hermanas de un matrimonio anterior de su
padre.
En 1995 se graduó como economista en
la Universidad Católica Argentina (UCA), tras lo cual se mudó a Nueva York,
donde trabajó en diversas entidades financieras.
Pero la vida de esta joven rubia no
sería la de una exitosa empresaria, ya que el destino le tenía guardado un
camino muy diferente.
Conexiones
El
príncipe quedó encantado con Máxima y la fue cautivando con mucha insistencia, llamándola
y enviándole regalos
Soledad
Ferrari, autora del libro "Máxima: una historia real"
Una amiga del colegio con conexiones
aristocráticas le presentó durante una visita a Europa a Willem-Alexander, el
heredero a la corona holandesa.
Según la periodista Soledad Ferrari,
co-autora de la biografía no autorizada "Máxima: una historia real"
(que acaba de ser reeditada), no fue amor a primera vista, al menos para ella.
"El príncipe quedó encantado con
Máxima, y la fue cautivando con mucha insistencia, llamándola y enviándole
regalos", relató a BBC Mundo.
"Quedó fascinado con su
espontaneidad. Para un holandés, ella era una latina fresca, divertida, y
encima plebeya, así que para él ella era una rareza", aseguró la biógrafa.
Dolor
real
El anuncio del casamiento de
Willem-Alexander con Máxima provocó revuelo en los Países Bajos, pero no porque
la novia fuera extranjera.
La controversia surgió luego de que
se diera a conocer que el padre de Máxima había trabajado como secretario de
Agricultura durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla (1976-1981).
El
llanto de Máxima en su casamiento conmovió a muchos. La argentina tampoco
estará acompañada por su familia durante su coronación.
Según organizaciones de derechos
humanos, unas 30.000 personas fueron desaparecidas y asesinadas durante el
último régimen militar argentino.
Por ese motivo, las autoridades
holandesas le prohibieron a Jorge Zorreguieta asistir a la ceremonia en
Ámsterdam, decisión que llevó a la madre de Máxima a perderse también el
casamiento de su hija, para acompañar a su marido.
Lo que parecía ser un cuento de hadas
hecho realidad para la joven argentina se empañó por esta polémica, y el llanto
de la princesa durante la ceremonia conmovió a muchos, al igual que el tango
"Adiós Nonino", que Astor Piazzolla compuso en honor a su padre
fallecido y que la novia habría solicitado como tributo a su padre ausente.
Para muchos observadores fue esta
muestra de dolor la que primero acercó a la esposa de Willem-Alexander al
corazón de los holandeses.
Varias encuestas realizadas en
Holanda en los últimos años muestran cómo creció la popularidad de la
argentina, quien incluso llegó a superar ampliamente en los sondeos a su marido
y a la propia reina Beatriz.
Máxima también es muy apreciada por
ser la madre de la futura monarca, Catharina-Amalia, y de las princesas Alexia
y Ariane, tercera y cuarta, respectivamente, en la línea de sucesión.
Astucia
y carisma
Soledad Ferrari afirma que la
inteligencia, la astucia, y el "carisma desbordante" de la argentina
contribuyeron a que se gane la admiración de su pueblo de adopción.
"Máxima nunca había estado en
Holanda antes de conocer al príncipe heredero y supo informarse muy bien del
país y aprender rápidamente el idioma", señaló, agregando que eso cayó muy
bien entre los locales.
"Hizo como un máster acelerado
en holandés para convertirse en una buena princesa", contó la periodista.
La
economista ha colaborado con la ONU.
Muchos holandeses también admiran el trabajo humanitario que ha realizado esta economista, que en 2009 fue nombrada Abogada Especial para la Financiación para el Desarrollo Inclusivo por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Máxima también usó su experiencia
profesional para viajar por el mundo asesorando a programas de microcrédito
como parte de sus tareas con la ONU.
Pero no todos han sido elogios para
la argentina. En 2011, un diario holandés acusó a los actuales reyes de evasión
impositiva a través del uso de un paraíso fiscal.
La polémica surgió por un proyecto
inmobiliario de los entonces príncipes, que planeaban construir un lujoso lugar
de vacaciones en Mozambique, plan que luego fue descartado.
Ya en el pasado algunos habían
cuestionado la afición de los príncipes por las vacaciones exóticas.
Simpatía
A pesar de las críticas, la mayoría
de los holandeses ve con buenos ojos a su próxima reina consorte.
De hecho, la enorme popularidad de
Máxima habría contribuido directamente a que alcance ese cargo real: antes que
ella, las parejas de los monarcas llevaban apenas el título de príncipes, pero
en 2011 el Parlamento holandés rompió esa tradición y votó para que la
argentina pudiera ser reina consorte cuando su marido fuera coronado.
Para Victoria Ruiz Martínez, una
joven argentina que creó el sitio ReinaMáxima.com en honor a su compatriota
real, el enorme aprecio que tienen los holandeses por la esposa del rey se debe
en gran parte a su calidez y su característica sonrisa.
Algunos
atribuyen la popularidad de Máxima a su sonrisa, su simpatía y su calidez.
"Ella se acerca y saluda a la
gente, no como la reina Beatriz que es más distante", afirmó a BBC Mundo.
También en su natal Argentina muchos
destacan la simpatía de Máxima, que casi todos los años visita el país y pasa
las vacaciones con su familia en el pequeño poblado patagónico de Villa La
Angostura, donde vive uno de sus hermanos.
Según Ruiz Martínez, Máxima es un
modelo para las niñas de su país.
"Para las chiquitas que siempre
sueñan con ser princesas justo tener a una argentina es una inspiración",
señaló.
Sin embargo, no todos en Argentina
miran con interés este "cuento de hadas" real.
Quizá la visión más ácida la tenga
Ingrid Beck, directora de la revista argentina de sátira política Barcelona,
quien afirmó a través de Twitter: "La coronación de Máxima como reina de
Holanda me genera un interés similar a la limpieza de un baño. O menor".