El Relevo Torrijista de San Miguelito y Mas se complace nuevamente en presentar artículos de grandes Torrijistas que han sabido dibujar el pensamiento, la vocación y la trayectoria del estadistas quien logró la devolución del Canal de Panamá y con ello nuestra total soberanía. Es el unico con una conciencia social que le permitió dirigir una etapa de nuestra historia con alto contenido social y firme patriotismo. OMAR TORRIJOS HERRERA. En esta ocasión presentamos el dcumento de Manuel Orestes Nieto.
No
sólo es uno de los panameños más notables de la historia de Panamá, sino que su
aporte a la construcción de la nación panameña, a la destrucción del
colonialismo con su ofensiva ocupación militar extranjera en nuestro país -y en
consecuencia cristalizar la integración territorial y soberana- se concretó con
la posesión panameña del Canal y en la independencia misma.
Antes
del cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter no éramos un estado libre sino
una república fisicamente herida en el centro de su territorio y subyugada a la
potencia imperial. Con Torrijos, las luchas eslabonadas de generaciones,
la dignidad, la sangre, el martirio, los patriotas, reivindicaron al fin y con
éxito nuestros derechos legítimos sobre la ruta interoceánica.
Esa
acumulación histórica fue abanderada con lucidez brillante y guía certera por
el general Omar Torrijos, de modo que todo un pueblo pudo después de casi cien
años dejar atrás la vergüenza mediante la victoria de la dignidad. Esta
es una realidad sin mancha que tiene que enorgullecernos.
Torrijos
es artífice principal de esta epopeya de la nación y de haber convocado la
fuerza moral y popular para lograr el objetivo. Lideró como nadie la creativa
jornada de complejas negociaciones que desembocaron en los acuerdos canaleros
sin que se derramara más sangre. Hasta sus mas acérrimos enemigos
reconocen y no pueden tapar esta conquista y la dimensión mundial que
alcanzaron sus empeños y entrega hasta el día sospechoso de su muerte hace 34
años.
La
reciente emisión televisiva de una especie de registro documental sobre el
general Torrijos, incluida en el serial "Grandes panameños", adolece
de un muy empobrecido y hueco guión, con un enfoque escamoteador de los grandes
temas que animaron la vida de Torrijos, reductivo, anecdótico y evidentemente
vacío de importantes hechos vividas como los que vivió Panamá, en la fragua
intensa de su liberación y en su superación colectiva para dejar de ser una
caricatura de país como el que una vez fuimos y ser una nación completa.
Ese
general "en su laberinto" es, a mi juicio, un personaje perfilado en
este documental con sesgos y afirmaciones especulativas que desdibujan al
hombre que tanto ennobleció a nuestro país, tanto por el significado y
consecuencias favorables que implicó la desaparición de la colonia como por su
práctica política y de estadista por hacer un país equitativo y justo.
Es en
extremo curioso, por no decir sorprendente, que Telemetro -con propietarios que
no solo conocieron en profundidad el valor histórico de Torrijos- sino que
fueron hasta protagonistas de esas jornadas negociadoras y de gobierno, hayan
sido tan veniales y superfluos al sacar al aire esta producción asombrosamente
chata y enana respecto al tamaño del gigante que fue Omar Torrijos y la obra que
nos legó.
A
estas alturas, tengo serias dudas de la inocencia del tratamiento dado al
personaje y del hilo conductor del propio video documental.
Fallida
es la asociación artificial del propio titulo a la novela de Gabriel García
Márquez, cuya narrativa se concentra en el final infame e inmerecido de
Bolivar. Precisamente el escritor colombiano y que sí conoció a Omar por la
excepcional amistad que les unió, tuvo la certeza de decirnos que Torrijos era
una potencia humana que comparada con los seres del reino animal era como una
mezcla de mula y tigre. Mal pudiese quien trajo tanta luz a nuestra
historia dar vueltas atrapado en un laberinto, que -recordemos- a su vez alude
al mito griego más crudo del abominable minotauro
En
definitiva, decepcionante, no por nuestra adhesión al ideario torrijista, ni
porque esperara un video laudatorio que Torrijos no necesita, sino porque lo
que Omar dejó en nuestra historia, a la que entró precisamente como el
dirigente de mayor dimensión y trascendencia, merecerá siempre el afecto, la
gratitud, el respeto y el sitial ejemplar por lo que nos dio, incluyendo su
vida. Y tratarlo en la superficie y no en su rica dimensión, deja algo
más que un mal sabor.
Vale
considerar estrictamente que cuando de la historia y la memoria se trata para
que sirva para edificar el presente y los años futuros, hay que tener cuidado y
responsabilidad extremas, sin manipulación, con veracidad, con la escritura
fiel de la realidad y no la sutil y ladina versión interesada o sencillamente,
la mentira.
Manuel
Orestes Nieto
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